Como Facebook está de moda, todos nos abrimos una cuenta, y empezamos a añadir amigos, familiares, compañeros de trabajo, y cualquier conocido que se nos pase por la cabeza. Después, pasamos a aceptar toda invitación de las mini-aplicaciones que ofrece esta red social: juegos, grupos de fans, calendario de cumpleaños, fiestas… Parece que lo primordial hoy en día es estar ahí, sin importar el qué dirán. La pertenencia al grupo, el ego, la fama, son poderes latentes en nuestra mente, que no nos dejan leer más allá de un simple divertimento por estar conectados con el mundo.
Sin embargo, en un artículo publicado recientemente en el Sunday Chronicle de San Francisco, se advierte de la siguiente situación: “Si tu cuenta de Facebook está dentro de la categoría “todo entretención” ten cuidado de quien entra si estás buscando trabajo”. Según los datos reflejados en el mismo artículo, en Estados Unidos, el 26% de los empleadores usa las herramientas de búsqueda en la red para encontrar potenciales empleados. Más de uno de cada diez admite utilizar redes sociales para chequear a sus candidatos. De los ejecutivos que buscaron en estos sitios, al 63% le sirvieron para desestimar a un postulante.
Por el momento, esto no ha llegado a Chile. Pero, ¿cómo podemos cerciorarnos de que no ocurrirá en un futuro próximo? No hay forma de descubrir si en el lugar de trabajo que soñamos tener, su “cazatalentos” ha estado buscando acerca de nosotros en la red, cual policía secreto en operación de caza y captura de nuestras “fechorías” virtuales.
¿Dónde está el límite de nuestra vida privada en la red? No es sólo Facebook la cara más visible de quiénes somos, sino también los blogs en los cuales escribimos o posteamos comentarios, los videos que subimos a Youtube, las noticias que promovemos en sitios como Digg o Menéame. Tampoco se trata de que nos volvamos temerosos frente el medio, tratando de ocultar quiénes somos, sino de que tomemos consciencia de la relevancia que tiene publicar en Internet.
Hace poco encontré navegando en la red una entrevista a Manuel Castells, donde el sociólogo habla de Internet como instrumento de libertad y autonomía, porque en el nuevo medio no existe el control. Pero también hace alusión a Internet como la “extensión de tu vida”, es decir, somos los mismos tanto física como virtualmente.
No lo olvides, puedes ser un anónimo si quieres en la red, pero si das tu nombre, tus datos, tus opiniones, puedes convertirte en el mejor candidato para un puesto, o simplemente, quedar descartado. Next!