Cuando de reclamar por los derechos ciudadanos se trata, ya no sirven los panfletos en papel repartidos por las calles de la ciudad, que finalmente atestan los basureros de la misma y se ciernen en un contexto espacio-temporal muy limitado. Hoy la gente se mueve en las redes sociales como Facebook. Es lo que se llama ciberactivismo, una práctica que busca formar coaliciones de personas a través de las aplicaciones que existen en la web, para generar el suficiente debate y masa crítica para que trascienda la red y salga a la calle, con el objetivo de modificar una determinada situación en desacuerdo por el grupo.

Casos como las protestas de italianos en Facebook en contra de los grupos que rinden culto a los cabecillas de la mafia, o los jóvenes ciberactivistas de Bangadesh que usan Facebook para participar en los procesos de tomas de decisiones políticas, son algunos de ellos. Pero las acciones llevadas a cabo por los usuarios en la red social que están más en boga, son los grupos creados a raíz del conflicto israelí en la franja de Gaza. En una guerra censurada, donde la prensa internacional no es admitida “por razones de seguridad” y toda la información fluye desde fuentes gubernamentales israelitas, las voces de ciudadanos se alzan en la web. En Facebook existen más de 500 grupos alusivos al conflicto, ya sean de uno u otro bando. A favor del bando israelí, el grupo “I support the Israel Defense Forces in preventing terror attacks from Gaza” tiene 58.300 miembros, mientras que en defensa de los palestinos está “Stop Genocide in Palestine” con 78.000 miembros, por citar alguno de ellos. En Chile ya hay 6000 usuarios de Facebook que apoyan a Palestina y otros 1130 que exigen la expulsión del embajador de Israel en Chile.

Independientemente de quién sea el santo en esta guerra, cuando los periodistas no pueden participar y la verdad se mantiene escondida tras las versiones oficialistas, los ciudadanos se suman en masa en la red para apoyar sus ideales y comunicar al mundo aquello que en otros tiempos se repartía por las calles en forma de panfleto y quizás no salía de sus fronteras nacionales.